Los reflejos se derrumban, los vidrios se quiebran -una vida de mala
suerte-, el celeste de tu mente se vuelve gris. Inventará finales que no fueron a los niños. Corren, corren libres.
suerte-, el celeste de tu mente se vuelve gris. Inventará finales que no fueron a los niños. Corren, corren libres.
El té se enfrió, la tele como fondo desacompaña.
Frío. Un alma se esconde. Dos.
¿Seguirá sangrando el aire al oirnos no hablar?
Me cuenta que te llora en silencio. La escucho, "Tita, Basta".
Los cerillos se encendieron, érase una vez. Elegí, Me quedé.
Ya no hay acolchado suficiente que pueda apagar este frío.
Trevelín '18 - Marina Cavilla |